Primero, castillo árabe y luego residencia del rey Pedro de España, el palacio ha experimentado cambios que ahora reflejan la arquitectura mudéjar junto a la estilística de la época renacentista y los florecimientos barrocos. Cada cambio de siglo trajo consigo diversos regímenes políticos, cuyas ideologías influyeron en la arquitectura del Alcázar.
Las secciones individuales del Alcázar de Sevilla, como el Patio de las Doncellas o la Capilla, reflejan los estilos y gustos clásicos de diferentes épocas es tiempo. Los azulejos decorativos presentan un trabajo con intrincadas pinturas sobre azulejos de cerámica vidriada. El Salón de Embajadores es otra sala exquisitamente diseñada, con la gloriosa cúpula cubierta de múltiples estrellas doradas.
Los impresionantes retablos, tapices y pinturas que ahora adornan el palacio fueron aportados por artistas de renombre como Francisco Niculoso Pisano y Alejo Fernandes en el siglo XVI. Los jardines del palacio son embellecidos continuamente, añadiendo una espléndida y vibrante variedad de flora exuberante, con fragantes rosales y naranjos. Desde los estanques de peces hasta las fuentes, los jardines son sin duda un lugar en el que se puede encontrar un momento de paz y serenidad.